Los 5 mejores coches clásicos de la historia

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Hiscox España
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La relación entre conductor y automóvil siempre ha sido muy especial. Aquellos que aman los coches recuerdan a todos y cada uno de sus “compañeros” de viaje. La sensación de arrancarlo por primera vez, volver a verlo tras su paso por el taller o el inconfundible olor a nuevo del que disfrutas durante los primeros meses.

Cualquier coche puede dejarnos huella por lo que vivimos en ellos. Pero además, hay modelos que se convierten en únicos e inmortales y pasan a la historia universal:

Los mejores coches clásicos:

Seat 600

Un vehículo fabricado en Barcelona que marcó a toda una generación. Fue el coche más vendido de nuestro país: aproximadamente se comercializaron en España entre 1950 y 1970 unas 800.000 unidades. Asimismo, su éxito fue tan desmesurado que muchos españoles tenían que esperar durante la década de los 60 casi dos años para hacerse con un 600. Pero el conocido popularmente como seíta o pelotilla también traspasó fronteras, siendo exportado a Colombia, Dinamarca, Bélgica, Grecia o Finlandia. Precisamente, en este último país fue el auto más vendido entre 1970 y 1973.

Ford T

En 1908 se hizo realidad la frase que Henry Ford pronunció dos años antes: “Voy a construir el automóvil universal”. Con el Ford Model T se consiguió popularizar el montaje de automóviles en cadena, convirtiéndolo en el primer vehículo de comercialización masiva y a escala mundial. Dos datos llamativos: con el Ford T se universalizó la posición del volante (a la izquierda) y durante los años 20 la compañía llegó a emplear a más de 50.000 trabajadores.

Volkswagen Tipo 1 (Escarabajo)

Su producción comenzó en la Alemania en la década de los 30, y se comercializó como Beetle (escarabajo). Este Volkswagen se convirtió durante dos años en el coche más vendido del mundo (llegaron a producirse  21 millones de unidades), popularizándose más allá de Europa. Fue un icono de la revolución hippie de Estados Unidos y se ha convertido en el protagonista de la gran pantalla en películas de la serie Herbie, con el reconocido número 53 sobre el capó, o en color amarillo para el personaje de Bumblebee en el último film de la saga Transformers.

Rolls-Royce Phantom IV

Lo más llamativo de este modelo de Rolls Royce, símbolo del lujo, es que solo se fabricaron 18 ejemplares: el primero de ellos se entregó a la Reina Isabel II y al Duque de Edimburgo en 1950. El resto de sus compañeros siguieron sus pasos, siendo sus propietarios miembros de la realeza y jefes de Estado de todo el mundo (Iraq, Arabia Saudí, Persia…). Tres de estos Phantom IV fueron adquiridos por el Estado español a principios de los años 50 y han sido utilizados en ceremonias de la Familia Real como bodas, proclamaciones o aperturas de nuevas legislaturas en el Congreso de los Diputados.  

Mini Cooper

El Mini Cooper nació en Oxford (Reino Unido) en 1961, como sucesor del Mini Classic de 1959, de la mano de John Cooper, de ahí su nombre. Esta versión deportiva del clásico Mini destacó por ser más rápido, más potente y más pequeño, y se destinó a competiciones de rallyes, campo en el que triunfó. De hecho, el equipo oficial de Mini ganó tres veces el Rally de Montecarlo (1964, 1965 y 1967) gracias al Cooper. Su producción duró una década, pero su huella en la historia de la automoción fue tal que en 2001 el grupo BMW lanzó un rediseño que aún se comercializa.

En Hiscox somos conscientes del valor que uno de estos coches tiene para nuestros clientes, por eso los tratamos como verdaderas obras de arte y hemos diseñado un seguro para coches clásicos especializado para cubrir sus necesidades.