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En los últimos años, la versatilidad de la tecnología se ha puesto al servicio del arte. Uno de los ejemplos más recientes ha sido la revolución de los NFT que se produjo en 2021, un mercado que en los primeros meses del año pasado llegó a recaudar 3.025 millones de euros. Según el 36% de las plataformas de venta de arte online a las que hemos encuestado en nuestro estudio Online Art Trade Report 2021, la mejor aportación que puede hacer la tecnología blockchain a la industria del arte es la creación de nuevos mercados, como es el caso de los NFT.
Un atractivo que, sin duda, no sólo llama la atención de los inversores, sino que también ha despertado el interés de los ciberdelincuentes, quienes ya han perpetrado los primeros robos de este nuevo arte digital, por lo que estas nuevas oportunidades también conllevan nuevas formas de ciberdelincuencia.
Arte digital y ciberdelincuencia
Fue en marzo del año pasado cuando se notificó el primer robo de este tipo de obras, se produjo en la plataforma Nifty Gateway por un valor de unos 150.000 euros, según denunció un usuario afectado. Desde ese momento, el volumen y el impacto de las sustracciones de arte digital no han dejado de crecer hasta alcanzar, por ejemplo, los más de 100 millones de euros en tokens robados del mercado de NFT de videojuegos Vulcan Forged. Se trató de un ciberataque que comprometió los sistemas de seguridad de la plataforma para hacerse con las carteras de los usuarios, quienes perdieron las claves de acceso e impidió que pudieran recuperar los fondos que tenían almacenados.
Pero, a pesar de la novedad tecnológica que caracteriza a estos novedosos robos, los procesos utilizados por los ciberdelincuentes siguen respondiendo a técnicas clásicas de ciberataques como es la suplantación de identidad. Así, tras la aparición de este nuevo formato artístico y sus consecuentes vulnerabilidades, actualmente, los delitos en el mundo digital del arte ya se suman a los que se producen en el físico, como el llevado a cabo el pasado mes de mayo en el Hotel Miguel Ángel de Madrid, que se saldó con la sustracción de una escultura y tres cuadros valorados en 340.000 euros, entre los cuales se encontraba un Sorolla.
Tecnología y recuperación del patrimonio artístico
Otra de las utilidades de la tecnología al servicio del arte es su capacidad para recuperar obras artísticas que parecían perdidas, especialmente gracias al uso de la inteligencia artificial y las técnicas 3D. Un ejemplo de ello es la recuperación en color de la serie Medicina, Jurisprudencia y Filosofía, del austriaco Gustav Klimt. Las denominadas Pinturas de las facultades fueron destruidas por los nazis el día antes de finalizar la II Guerra Mundial para tratar de evitar que, tras su derrota, se confiscara el patrimonio que habían expoliado durante años. Con la aplicación de esta tecnología, los expertos de Google Arts and Culture y del Museo Belvedere de Austria han utilizado las fotografias en blanco y negro que se conservaban de las piezas para reconstruir su pigmentación original.
También durante 2021 ha habido buenas noticias en cuanto a la localización de grandes obras de arte que habían sido sustraídas hace tiempo, como es el caso del cuadro Cabeza de Mujer, de Pablo Picasso, desaparecido hace más de nueve años y que fue localizado por la policía griega. O las dos obras renacentistas, un casco y la parte posterior de una coraza, robadas del Louvre en los años 80 y que ya han sido recuperadas para la muestra del museo parisino.
“El arte siempre ha sido un objetivo atractivo para los ladrones por su alto valor, de ahí que durante el año pasado hayamos asistido a los primeros robos en su novedoso formato digital”, explica Eva Peribáñez, responsable técnico del departamento de Arte y Clientes Privados de Hiscox España, “sin embargo, los ciberdelincuentes han recurrido a las mismas técnicas que utilizan comúnmente en los ciberataques contra empresas”.
Descarga la Infografía en la que recopilamos algunas de las obras arte robadas y recuperadas en 2021
