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
Hoy, queridos lectores, os traigo un artículo con el que quiero profundizar en una mejora de seguridad que ha sido añadida por Google en su sistema Operativo Android: las revisiones automáticas de permisos de aplicaciones.
Espero que, a estas alturas, todos entendamos los peligros de otorgar demasiados privilegios, no necesarios, a las aplicaciones que instalamos. Un ejemplo de ello son las aplicaciones de Sudoku que nos piden acceso a la cámara y al micrófono o las propias redes sociales que no piden acceso al almacenamiento del dispositivo.
Esto no supone solamente un riesgo para la privacidad del usuario, sino también un vector de entrada claro para cualquier ataque contra nuestros dispositivos móviles.
Pues bien, siendo conscientes en Google de todos los problemas de seguridad en Android que proceden de este hecho y de la mala publicidad que se arroja sobre el Sistema Operativo (como la reciente declaración de Apple donde cita informes de Nokia de 2019 y 2020 que sitúan que estos sistemas tienen entre 15 y 47 veces más infecciones que el suyo); han querido dotar al sistema operativo del que me parece uno de los mayores avances en seguridad desde hace mucho tiempo. Se trata de una evolución en su capa de protección, llamada Play Protect, que ahora hace un análisis automático de las aplicaciones que tenemos descargadas (como ya venía haciendo), pero también revisa cuándo emplearon por última vez los permisos que tenían concedidos. Os explicaré en detalle por qué me parece una implementación tan acertada de un sistema.
Lo primero, como se puede ver en la imagen que pongo a continuación, es que no es algo que tengamos que activar (no como la decisión de cifrar el dispositivo o de cifrar las tarjetas SD que usamos para que los datos sean seguros, y que ya comenté en el pasado), lo que directamente aporta al usuario una mejora de la seguridad sin causarle ninguna fricción (no tiene que ponerse a pensar qué es esta característica de seguridad o si le interesa).
Lo segundo que hace bien es que no dependan del usuario esas acciones de remediación, es decir, como usuario, no tengo que gestionar alertas que me dicen “creo que la app X tiene privilegios peligrosos, revísalos” y yo lo único que pienso es “leñe, si tan peligrosos son y ya los tienes identificados, dime cuáles son o quítalos directamente”. De nuevo, reducimos fricción al usuario. Es básicamente seguir la filosofía de los antivirus con la que estamos más familiarizados: primero bloquean el fichero que sospechan que es una infección y, luego, ya nos avisan de que se ha bloqueado y de que tengamos mucho cuidado si queremos verlo, que sólo lo hagamos si estamos seguros de ello. Con esto ya estamos consiguiendo girar el paradigma de la seguridad de “lo permito todo ante la duda de si será bueno o no” hacia “lo bloqueo ante la duda hasta que sepa seguro que es bueno”, algo que en opinión de este escritor es una bendición para un campo como el de la ciberseguridad.
El tercero de los puntos clave es, justamente, que no es algo irrevocable, sino que, una vez realizadas las acciones, el usuario puede tomar decisiones e incluso deshacer las acciones tomadas, siendo además un panel bastante accesible y amigable - solo hay que ir a Play Store > Play Protect y darle a una de las dos únicas acciones que nos permite (“Ver Aplicaciones”) para revisar los permisos que se han quitado - o, simplemente accediendo a la aplicación para ir a usarla, nos volverá a pedir los permisos como la primera vez que la instalamos.
Y, es más, la funcionalidad tiene comportamientos tan útiles como:
En definitiva, que se trata de una mejora de la seguridad que, si nos interesa como usuarios, podemos personalizar a nuestras preferencias, pero, si no, sigue operando sin que tengamos que hacer nada, protegiéndonos eficazmente de este riesgo tantas veces explotado. Y es que esto debería ser la ciberseguridad en opinión de este autor: una ayuda, una palanca para el usuario, que no le añada más tareas o preocupaciones, sino que le permita seguir con su uso habitual de la manera más sencilla, segura y poco intrusiva que se pueda.
Espero que os haya gustado el artículo de este mes, ¡volveremos a vernos el mes que viene!