3 consejos para que las pequeñas empresas hagan frente a la inflación

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Hiscox España
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La inflación puede ser uno de los temas más presentes en telediarios y conversaciones del último año.  Todos vemos y sufrimos la subida de los precios de la gasolina o de la cesta de la compra, entre otros.  Ante esta situación, ¿qué pueden hacer las pymes para sobrevivir -e incluso prosperar- cuando los precios suben?

Impacto de la inflación en las pymes españolas

Las pequeñas y medianas empresas son las más vulnerables a estas subidas de precios. Según el I Informe Hiscox de pymes y autónomos en España, el 36% de las pymes españolas cree que su margen de beneficios empeorará este 2023, siendo el incremento de los costes de producción una de las principales causas.

Sin embargo, siguiendo alguno de estos consejos, las pymes pueden encontrar una ayuda para capear el temporal.

Negociar con los proveedores

La inflación afecta a todos, a lo largo y ancho de la cadena de suministro. Los proveedores se enfrentan a subidas de precios, que probablemente repercutan a las empresas. La mala noticia es que sus costes aumentan. La buena es que los proveedores lo entienden. Así que no se piede nada por hablar con ellos, explicarles las preocupaciones y ver si es factible  elaborar un plan para que ambos puedan superar estos tiempos difíciles.

Nadie quiere tener que subir los precios, pero a veces es inevitable. El impacto de la subida de precios puede mitigarse añadiendo valor a la oferta. Por ejemplo, si una pyme vende un producto, puede añadirle un servicio que no cueste mucho -si es que cuesta algo- pero que sea de valor para su cliente. Si ofrece un servicio de suscripción, puede considerar la posibilidad de añadir uno o dos meses al periodo de suscripción normal.  Y, ¡ojo con la tentación de reducir el tamaño o la duración de un producto o servicio para mantener el mismo precio! No es necesario que una pyme grite a los cuatro vientos que ha subido el precio, pero sí debería hacerlo con transparencia.

Valorar las opciones inmobiliarias

El alquiler de una oficina u otro local comercial puede suponer una parte importante de los gastos fijos de una pyme.  Si existe un contrato de alquiler a largo plazo que no se va a renovar próximamente, se puede valorar la posibilidad de negociar con el propietario una reducción del alquiler mensual. Esta tarea será más fácil si hay locales vacíos en el edificio o en los alrededores, ya que el arrendador probablemente prefiera recibir un poco menos de alquiler pero mantener un inquilino a largo plazo.

También puede subarrendar parte de su espacio a un negocio complementario. Si tiene más espacio del que necesita, ¿por qué no compartir gastos con otra empresa? Es si, conviene hablar esto antes con el propietario para confirmar que no se opone al acuerdo.

Tener en cuenta el panorama general

A nadie le gusta tener que lidiar con la inflación, pero hay que tener en cuenta dos cosas. En primer lugar, afecta a todos: a la pyme, a sus proveedores, a los proveedores de éstos y a los clientes. Si bien esto puede ser “consuelo de tontos”,  siempre ayuda saber que uno no está solo

En segundo lugar, la inflación es temporal. La economía es cíclica, y la inflación acabará disminuyendo. Mientras tanto, es conveniente que las pymes vigilen de cerca sus costes y piensen en cómo puede añadir valor a su oferta.

Por último, es un aprendizaje. Cuando la situación se normalice,  es conveniente que las pymes recuerden cómo han gestionado estos tiempos difíciles y piensen en cómo pueden planificar el futuro.

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